El fascismo es un peligro para la democracia y sociedad española
Hace unos meses, me encontré con un problema político moral que todavía sigo pensando a lo largo de mi estancia como estudiante en este país. Así, siempre me ha plagado la existencia de la Fundación Nacional Francisco Franco mis pensamientos, porque en otros países, donde tienen una historia oscura con el fascismo, como Alemania e Italia han creado leyes prohibiendo la apología fascista. Por otra parte, en España, todavía no han creado leyes prohibiendo la exaltación del franquismo. Aunque hoy en día tenemos la ley de la Memoria histórica, se encontró con mucha oposición, sobre todo por parte de la política derecha y de la extrema derecha. No creo en absoluto, que su prohibición fuere una violación hacia la libertad de expresión como algunos de la política derecha han postulado en sus argumentos, es una medida preventiva, porque ha sido y sigue siendo una ideología dañina y, además, durante los tiempos del afamado caudillo no hubo libertad de expresión para criticar su gobierno, la cual provocó masivos exilios y temor en los intelectuales y pensadores durante los tiempos de la dictadura. Lo que propongo, es el refuerzo de la misma ley para prevenir un posible ascenso al poder de un dictador fascista, como pinta Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha, Vox. No necesitamos en España un jefe de estado que siembra el odio ni tampoco un payaso en la comunidad internacional.
Para seguir con este tema, la existencia de una fundación apologista y la persistencia de dicha ideología se suponen un peligro para la sociedad española. Además, este peligro lo vemos en las comunidades donde la mayoría vota a Vox. Para poner un ejemplo, hay una correlación entre la xenofobia y los numerosos crecientes de votantes de la extrema derecha, tal es el caso de Murcia, cuya población es 76% votantes de Vox y en los últimos años, se datan ataques xenófobos como el caso de Mamoun Koutaibi, un mecánico marroquí que sufrió una coma tras estar golpeado por un agresor español con una barra de hierro en Alhama de Murcia y notablemente el asesinato de Younes Bilal, cuyo agresor fue un exmilitar. Así, no hay nada más repugnante ver y vivir este tipo de ocurrencias en nombre de la patria y lo que no entiendo es ¿por qué dicen que sus derechos están reprimidos mientras ellos mismos reprimen los derechos de los demás?, ¿acaso, no es matar a un individuo una violación a su derecho de vida y de vivir? y ¿acaso la censura durante el franquismo no es una violación a la libertad de expresión? Por otra parte, lo que encuentro irónico de esta situación, los mismos miembros del partido suelen resonar que la sociedad les está censurando, pero por lo que he leído era simplemente señalar que el fascismo es antiderechos humanos y por lo tanto no tiene lugar en este mundo. Así repito, es muy repugnante escuchar estos argumentos por su parte sin haber reflexionado lo suficiente que sus ideas dañan los principios principales de la democracia. Aparte del efecto producido en la actualidad, he de señalar la multitud de crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura como violaciones, abortos obligatorios y los casos de desaparecidos, cuyas cifras llegan a 150.000 personas, según Amnistía Internacional. Para mí, prohibir el uso de la imagen fascista y reforzar la educación sobre esa parte oscura de la Historia española es la mejor medida preventiva, ya que el fascismo nos impide ejercer nuestros derechos humanos fundamentales. Dicho esto, creo que el estado debe llevar a juicio aquellos que se han sacado mayor beneficio o han sido beneficiarios del régimen, sobre todo, aquellos que colaboraron con el gobierno fascista. Por otra parte, aunque la ley ofrece reparaciones con las víctimas y sus familias, el estado debe reformar el sistema educativo, siendo obligatorio el estudio de la dictadura, sobre todo las voces silenciadas por el régimen. Así de esta manera, damos el respeto y la justicia que han merecido las víctimas.
Para concluir este tema, un estado democrático han de tener en sus principios la protección de la democracia que nos permite ejercer nuestros derechos, si dicho estado permite proliferar este tipo de ideología, entonces ha fracasado su ciudadanía, porque en el corazón de esta ideología es nada más que odio disfrazado como el amor a Dios y a la patria, represión disfrazada como seguridad y la discriminación disfrazada como unidad nacional.