Los hispanoamericanos son también latinos
Hace unos días, me crucé con un artículo de Álvaro del Castaño Villanueva, un economista y escritor, sobre el uso erróneo del término latino para referirse a los países, cuya lengua es el español. Para él, no se debe utilizar el término latino ni el término Latinoamérica, porque los proponentes del dicho término y sus derivados son al servicio de la Leyenda negra española. Sin embargo, aunque lo haya expuesto así, sus argumentos que los apoyan no tienen rigor ni sustancia, ni tampoco tiene el carácter académico para decir que el uso sea erróneo. Por esta misma razón, con el espíritu de la integridad, he decidido escribir unas refutaciones ante sus argumentos principales.
ARGUMENTO I:
“… los «latinos» son solamente los nacidos en el Lacio, o aquellos que tienen un dominio absoluto del latín. Una persona nacida en Hispanoamérica no tiene nada de latina. De la misma manera que un español tampoco tiene nada de latín.” (Castaño Villanueva, 2022)
REFUTACIÓN:
El término latino viene de la tribu antigua que era el núcleo de la cultura y sociedad romana llamada LATIUM o Lacio en nuestro román paladino. El escritor ha señalado que no tiene nada de ‘latina’, este argumento no tiene sentido, ya que el idioma que estamos utilizando viene de la lengua latina. El sistema lingüístico español es el fruto de la evolución del latín hablado en la península ibérica hace muchos siglos. En cuanto al nombre del gentilicio hispano, el término también viene de latín HISPANUS.
Es cierto que las colonias hispanas en América tienen muchísima influencia española, pero decir que la cultura colonizadora, en este caso, la española o hispana, no tiene nada que ver con latín es errónea máxima, ya que el sistema lingüístico hispánico es un derivado de latín y también la práctica mayoritaria de catolicismo romano vino del mundo de la Antigua Roma. De hecho, si no fuera por Alfonso X, seguiríamos llamando esta lengua como román paladino o latín vulgar.
ARGUMENTO II:
“…el término «América Latina» nace en París en el XIX para defender los objetivos imperialistas de la Francia de Napoleón III en relación a sus colonias, amparando su expansionismo político.” (Castaño Villanueva, 2022)
REFUTACIÓN:
El escritor probablemente ha utilizado el estudio de John Leddy Phelam, quien explica el panlatinismo. Según Phelam, el primer proponente de panlatinismo viene del economista, Michel Chevalier (1806–1879) para referirse a los países americanos, cuyas lenguas son derivadas del latín, pero Chevalier no solamente se refería a estos países americanos, sino a los países europeos también.
“La unidad de Europa latina depende del origen latino común de las lenguas de Francia, Bélgica, España y Portugal. El catolicismo romano es la tradición común que ha solidificado esta unidad lingüística, como el protestantismo ha cementado la alianza de los anglosajones fundada en el origen racial común”. (Phelam, Pan-latinism, French Intervention in Mexico, 1968, p.281)
Por otra parte, el historiador Arturo Ardao ha postulado que el término América latina y el concepto de una unión latina tiene su alusión mucho más antes que la de Chevalier. Dicho concepto fue utilizado primero por el periodista e intelectual José María Torres Calcedo y fue utilizado para oponer al imperialismo estadounidense.
“Tan pronto hubo puesto en circulación el nombre “América Latina”, pasó rápidamente a entender la unión continental e hizo campaña para que así fuera entendida- como “Unión Latinoamericana”. Es éste, sin duda, el aspecto más saliente de su larga prédica latinoamericanista, ya que no el único, desde que tuvo tantas otras manifestaciones políticas, históricas, literarias y culturales. El espíritu de resistencia a los avances norteamericanos había sido decisivo en la inspiración que tuvo de aquel nuevo nombre para el continente; inseparable de ese mismo espíritu de resistencia se volvió para él la tradicional concepción unionista que tenía en Bolívar su símbolo mayor. Natural fue, pues, que “Latinoamericana” empezara a llamar a la deseada Unión, hasta llegar a hacer con ese término su insistente caracterización sistemática.” (Ardao, Génesis de la idea y el nombre de América latina, 1980, pp.100–101).
ARGUMENTO III
“En conclusión, después de leer esto, cualquier español o hispanoamericano (le guste o no España) debería rechazar la utilización de esta palabreja («latino» o «latinoamericano»), pues es incorrecto, y atufa a imperialismo y manipulación.” (Castaño Villanueva, 2022)
REFUTACIÓN:
El argumento que sea incorrecto no tiene sustancia, ya que el mismísimo autor solamente ha citado el origen francés del término y ha ignorado por completo a José María Torres Calcedo, quién, como indicó Ardao, utilizó el concepto de América latina para oponer al imperialismo estadounidense.
Para concluir el tema, el autor se ha llevado por la leyenda negra española, ignorando por completo otras fuentes y otras dialécticas. Además, se ha simplificado un concepto sumamente complejo sin fundamento ni estudio tanto histórico como filológico. Aparte, es irónico que él se ha expresado como antiimperialista, pero con la posición de ‘Hispanidad’ que tiene, el escritor es proponente de imperialismo y colonialismo. Por esta misma razón, con las refutaciones ofrecidas, la conclusión que podemos llegar es que los hispanoamericanos e hispanos son también latinos.
BIBLIOGRAFÍA