VIDA DEL INDIO MONTEMAYOR

Jervi Gabriel Eugenio López
2 min readMay 21, 2021

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POR J. GABRIEL EUGENIO LÓPEZ

Con Privilegios en Manila por el Governador General,

Para su propio gozo.

AL DOCTOR JOSÉ ANTONIO CABALLERO

Muy ilustre y docto señor,

Ante vuestra solicitud, intentaré como pudiera, escribiros los sucesos y ocurrencias de mi vida cotidiana, con este pobre manexo de nuestro paladino román. Habiendo dicho tal impedimento mío, con claras intenciones he de contaros verdades, que he visto desde el primer día de negocio hasta el comienzo del descanso. Desta manera, en mente mi intención honesta habréis.

Aunque para muchos no es tal deleite, asegurad, ilustrísimo, de mi buena voluntad y honra, que en mi alma y corazón había. Assí, en este breve relato, intenciones no he de poner ornamento, decoro ni vanos adornos, sino poner entendimiento a la tenebrosa vida en la que todos somos meros peregrinos. En camino mío hacia la selva obscura[1], veréis, que de nadie espero y solo miro el caudaloso flumen al mar aduciente, sirviéndome como recordatorio de mi breve mortalidad.

Ilustrísimo, al haberos dicho mil penas de mi caliginosa y albida existencia, aquí os dejo la memoria de mi luengo camino.

I.

Ars longa, vita brevis

- Seneca, De brevitate vitae

Despertóme la tiesta Aurora del obscuro sueño, donde la brevedad de la vida contemplaba con confusión clara, que yo, en mi vigilia jamás comprendía. Tras dexar el lecho, rompí mi desdeñoso ayuno con pan muelle y líquido que tanto alivia y despierta el seso. Luego, lavéme el cuerpo con tépida agua, como ha de ser costumbre en las islas donde yo nací.

Eran las Dianas, quando solíamos empezar nuestros negocios en la universidad y aunque siendo yo de letras, me fatigaban las lecturas de las confecciones nuevas, que para mí eran matanzas constantes, que el arte poética durante aquestos días habían de someterse. Con la desdichada frustración mía, no cesaba en convencerme de su hermosura la dorada Minerva, que aquesas valores semejantes tenían, como la tempora antigua del arte que tanto amo y conozco. Assí, desta manera, remanecía en mi ebrio seso de poetas que semblaban odiar el arte griega y latina, que tanto de corazón vivo, creyendo también necesario, para el ánima ignorante, que nos hemos de tener alimentada con sapiencia y bondad.

Siempre el cansancio retornaba después de las lecciones sofocantes destas nuevas letras, assí quando advino Mercurio con la cabeza de San Isidro mi letizia juvenil volvía y dizque, según los rumores, era aprendiz del gran Covarrubias. Dicho esto, daqueste doctor aprendí de sus lecciones de latín y nuestro vulgar, que a mi deleite y alegría tanto aprovechaba.

Finiendo el día, fuime a las estradas y al entrar en mi vivienda, esperóme atentamente una carta de Madrid, que a mi hermano era, avisándome que pudiera ser víctima de la tenebrosa plaga. Sabiendo aquesto, volvieron aquella tempora de la inesperada muerte de mi amado padre y assí hizo mudanza triste y lacrimosa mi ánima, que los dolores y pesadillas, recordándome desta vida prestada y mortalidad cercana. Occidió este caliginoso día, sabiendo que mañana mi carísimo hermano estar no pudiere.

[1] “Nel mezzo cammin della nostra vita, mi ritrovai per una selva obscura.” v. 1, Canto I, Inferno, Dante Alighieri.

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Jervi Gabriel Eugenio López
Jervi Gabriel Eugenio López

Written by Jervi Gabriel Eugenio López

Soy un escritor y poeta filipino afincado en España. Estudiante de la UR

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